Pelo y pelaje
Bonito, largo, rizado, liso, crecido, cortado o eliminado por completo. A lo largo de nuestra vida, pasamos una media de dos años cuidando nuestro cabello. Le dedicamos mucho tiempo. ¿Es esto cierto?
El pelo puede ser un hermoso adorno para la cabeza, que contribuye al aspecto y el carácter de toda la persona. Basta con caminar por las calles de una gran ciudad para cruzarse con varias peluquerías y barberos. Regularmente recortan, tiñen, rizan, alisan, matizan y dan forma. Algunos se aseguran de que el peinado sea el mismo una y otra vez (lo que requiere tanto esfuerzo como cambios constantes), mientras que otros cambian continuamente de look gracias a su pelo. Hace unos años, los barberos volvieron a estar de moda y los hombres ya saben que la barba aporta carácter, pero sólo una barba bien cuidada.
Pero, ¿qué dice la Madre Naturaleza al respecto? ¿Creó el pelo con la idea de hacerlo bonito? Probablemente sí, porque todo lo que crea es bonito. Pero, sobre todo, es funcional.
El cabello humano tiene una función específica. Entre otras cosas, ayuda a regular la temperatura: retiene el calor en los días fríos y protege la piel del sobrecalentamiento cuando hace calor, y protege de la radiación UV.
El vello corporal es sensible al tacto. Entonces, ¿por qué nos lo quitamos? ¿Por qué compramos todas esas maquinillas, ceras, nos sometemos al dolor y la irritación, al picor cuando el vello vuelve a crecer, gastamos dinero y tiempo luchando contra algo que es bueno para nosotros? Bueno, a veces la moda puede más que el sentido común y la comodidad.
¿No pasan calor los animales con su pelaje?
Y los animales no pueden quitarse el pelo y tienen que llevar su pelaje incluso con el peor calor. Y cuando se trata de funcionalidad, la piel de los animales tiene mucho más trabajo que el pelo humano. Además de proteger contra el frío y el sobrecalentamiento, puede ayudar a camuflarse gracias a su color. Además, en algunas especies, un cambio en el color del pelaje puede indicar al sexo opuesto que están listos para reproducirse. El pelaje también actúa como barrera y bloqueo frente a plagas como pulgas y garrapatas.
Diezma de las costumbres
Todo indica que, aunque a los humanos nos gusta considerarnos (erróneamente) una especie superior, nos asomamos al mundo animal y tomamos puñados de él. Nos gusta vestirnos con plumas, y a veces literalmente. Muchas prendas, patrones y tejidos se basan en motivos animales: boas (plumas), pieles falsas, estampados de leopardo o cebra. Porque la Madre Naturaleza es la mejor costurera.